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Dos Lecciones importantes sobre la oración

Dos Lecciones importantes sobre la oración

Extraído con permiso del libro altamente recomendado

El Reino desatado: como los valores del reino de Jesús en el siglo I están transformando miles de culturas y despertando  iglesias por,  Jerry Trousdale & Glenn Sunshine.

(Ubicaciones de kindle 701-761, del capítulo 3 “orar pequeñas oraciones a un Dios Todopoderoso”)

Hay dos lecciones que hemos aprendido de nuestros hermanos creyentes en el globo sur, la iglesia en el globo norte no ora lo suficiente. En segundo lugar, cuando oramos, nuestras prioridades tienden a no ser las mimas  prioridades de Dios. Consideramos ambas lecciones en este capítulo, La oración fue fundamental para la vida y el ministerio de Jesús. Como rabino, Jesús oro al menos tres veces al día usando oraciones estándar. Pero los Evangelios también frecuentemente hablan de Jesús  retirándose al desierto para orar, a menudo pasando toda la noche orando, como cuando necesitaba tomar decisiones sobre la dirección de su ministerio (p. Ej., Marcos 1:35-39) o antes de nombrar a sus doce discípulos. Esto plantea la observación inmediato de que, si Jesús necesitaba pasar mucho tiempo en oración, Él, que estaba en comunión plena y sin obstáculos con el Padre, ¿cuánto más necesitamos  nosotros hacer lo mismo si queremos tener la guía y el poder del Espíritu Santo?

La Amidá

Los judíos practicantes de la época de Jesús rezaban la Amidá (también conocida como las dieciocho bendiciones) tres veces al día. Entendieron que esto era una obligación sagrada, y no hacerlo era un pecado. Sin embargo, estas oraciones tomaban bastante tiempo. Se podía ver a los rabinos y otros “profesionales’ recitándolas con regularidad, pero rezar la Amidá completa tres veces al día podría ser una carga para la persona promedio con su trabajo y una familia. Por lo tanto, los estudiantes pidieron a los rabinos una versión más concisa de las oraciones que sería más práctico para ellos repetir y cumplir con sus obligaciones religiosas.

Este contexto ayuda a explicar lo que estaba sucediendo en Lucas 11 cuando los discípulos de Jesús se le acercaron y le pidieron que les enseñara a orar como Juan el Bautista  enseño a orar a sus discípulos, los discípulos querían encontrar el núcleo de la Amidá, así ellos podrían recitarla tres veces al día. La respuesta de Jesús fue darles el Padrenuestro, que es notablemente similar a algunas de las versiones abreviadas de la Amidá que sobreviven de este periodo.

Para Jesús, entonces, el Padrenuestro era la esencia destilada de lo que debería ser la oración. Tenía la intención de que se recitara, pero también reflejara sus prioridades, esta oración es un modelo de cómo debemos orar todo el tiempo, también es un resumen de todo su ministerio y mensaje. 

Muchos cristianos a menudo repiten las palabras del Padrenuestro y, sin embargo, cuando oramos con nuestras propias palabras, generalmente perdemos los temas claves de la oración.

Esto es a la vez notable y lamentable, sin embargo una mirada mas cerca a lo que Jesús dijo nos ayudara a ver en que estaba enfocado. Miremos más de cerca la oración del Señor para descubrir las tres principales prioridades de Jesús con respecto a la oración 

  • Que el nombre del Padre sea glorificado en el mundo que nos rodea
  • Que su Reino sea dado con poder
  • Que la gente del mundo y particularmente sus seguidores obedezcan la Palabra y la voluntad del Padre.

Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre

La primera prioridad de Jesús es la gloria de Dios. Su intención en  esta petición es algo así como: ¡Que la santidad y la gloria de Dios en el cielo se manifiesten donde yo vivo!

Venga tu Reino

La segundo cosa por la que Jesús nos pide que oremos es que el reino de Dios avance en la tierra. ¡Que se establezca el Reino de Dios en el cielo donde yo vivo! 

Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo

Es probable que la frase “como en el cielo” se aplique realmente, no solo a “hágase tu voluntad”, sino a las tres peticiones anteriores: “Santificado sea tu nombre, tan santificado en la tierra como lo es en el cielo. Tu Reino venga a la tierra como en el cielo. ¡Y que la perfecta voluntad de Dios sea establecida en mi tan plenamente como esta establecida en el cielo, y entre todos los pueblos del mundo!” ¿Puede ver un  tema común en las tres primeras peticiones? De un corazón de gratitud viene un ruego que:

  • La Gloria de Dios puede ser revelada a todas las personas a mi alrededor
  • El reino y la autoridad de Dios pueden avanzar a mi alrededor
  • La voluntad de Dios puede establecerse en perfecta obediencia en el lugar donde vivo

Antes de pasar a las siguientes peticiones, vale la pena preguntarse qué tan cerca se alinean nuestras tres principales prioridades de oración con las de Jesús. ¿Son la gloria, el reino  y la voluntad de Dios nuestras prioridades o nuestros intereses personales? 

Danos hoy nuestro pan de cada día

Que los recursos del reino de Dios sostengan nuestras necesidades día a día

Y perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores

Que el Señor tenga misericordia de mí, un pecador y que generosamente yo  extienda ese mismo perdón a los demás

Y no nos dejes caer en tentación

Que el Espíritu de Dios guarde mi corazón, mis pies, mis ojos y mis oídos de los lugares de tentación 

Pero líbranos del maligno

Que el Espíritu Santo me permita resistir las tentaciones de Satanás y me dé el poder para ser eficaz en redimir a las personas para Dios y apartarlas  del reino de las tinieblas. Que el poder del mal se anule donde vivo.

Porque tuyo es el Reino y el poder y la gloria por siempre. Amén

Es casi seguro que este pasaje no es parte de la oración original de Jesús, pero está en línea con el espíritu de la oración. Proporciona toda la razón de esta oración y, de hecho todas las oraciones.

La oración tiene la intención de traer gloria a Dios. En ingles moderno, esta oración final podría significar algo como esto” “Te pedimos estas cosas porque es tu Reino el que se está construyendo a medida que respondes a estas oraciones, y es tu poder, y solo tu poder, el que lograra estas cosas. Y tu respuesta a nuestra oración te traerá gloria para  siempre.”

Jesús tenía mucho más que decir sobre la oración, de hecho enseño más sobre la oración que sobre cualquier otro tema, excepto cuando enseño sobre el Reino de Dios. También sabemos que tanto Él como la iglesia primitiva oraron los salmos, y las grandes oraciones que encontramos registradas a lo largo de los siglos están saturadas con las palabras del salterio. Encontramos oraciones profundas y poderosas registradas en otras partes de las escrituras, como en las epístolas de Pablo, pero en todos los casos reflejan las peticiones y prioridades del Padre Nuestro.

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